Por: Luis A. Caridad
Lo más fácil en la vida es ser fanático de un equipo ganador. Después de todo, nos han enseñado que en la vida no se trata de competir, como se predicaba hace ya mucho tiempo, sino que hay que ganar, y cuando no se gana, eso se traduce en un fracaso.
Ganar el segudo, o tercer lugar, no es suficiente, o se llega primero, o lo demás no vale la pena.
En estos casi 20 años que llevamos en la promoción de nuestras Reinas del Caribe, yo he sufrido muchas derrotas, y he saboreado un gran número de triunfos. Y hasta puedo decir, que han sido mayores el número de victorias, que el número de derrotas.
Siempre que perdemos un partido que en el papel esperabamos ganar, he tomado como costumbre, no escribir despues de dichos partidos, y tomarme un tiempo para reflexionar en lo sucedido.
Cuando uno se expresa publicamente en momentos de desalientos, con la cabeza caliente, casi siempre termina diciendo cosas que no son justas. Que no son correctas, y que no se sustentan en la verdad.
Como dijo el gran Patricio Dominicano Juan Pablo Duarte : “Sed justo es lo primero, si quereis ser feliz”
Y muchos fanáticos cometen una gran injusticia, cada vez que nuestro equipo no puede darno la alegría de una victoria.
Yo me imagino que los fanáticos de Estados Unidos, no se sintieron bien con la derrota ante China, o que los fanáticos Serbios, por igual no disfrutaron la tercera derrota de su selección frente a República Dominicana.
No hay equipos invencibles, y el nuestro no es la excepción.
Debemos ser fanáticos en las victorias, pero debemos serlo aún más cuando esta nos elude, pues no es cierto que el fanático sufre más que las jugadoras, cuando las cosas no salen como se esperan.
Dejemos de buscar excusas, y buscar culpables, cuando el rival juega mejor que nosotros, y enfoquemosnos, no en lo que ya no se puede cambiar, sino en los patidos por venir.