Existen desde mi punto de vista 3 razones principales, por las que Cristobal Marte no sustituye a Marcos Kwiek como Director Técnico del Proyecto.
PRIMERA RAZON:
*Cristobal Marte entiende que Marcos Kwiek ha hecho un buen trabajo al frente del Proyecto.
SEGUNDA RAZON:
*Cristobal Marte entiende que le sería difícil encontrar un nuevo cuerpo técnico, al precio que tiene el actual.
TERCERA RAZON
*Cristobal Marte tiene temor a lo desconocido. Pues los cambios no siempre surten el efecto que buscamos.
LO QUE YO CREO:
Yo, al igual que Cristobal reconozco que Marcos tiene suficientes logros al frente de nuestro voleibol, como para merecer el reconocimiento de todos los amantes de este deporte.
Los logros que hemos obtenidos con Marcos como DT, no pueden ser ocultados, pues son partes de nuestra historia reciente.
Pero contrario a Cristobal, yo entiendo que ya Marcos dió todo lo que podía darle a nuestro voleibol, y que ya no tiene la posibilidad de darle nada nuevo, ni mejor. Por lo que un cambio es absolutamente necesario, si queremos cambiar de manera positiva el rumbo por donde vamos.
En cuanto a la segunda razón de Cristobal, se me hace difícil rebatirla, pues la responsabilidad económica del pago de los técnico recae sobre él, y sólo Cristobal sabe su capacidad para pagar más de lo que paga en estos momentos.
La tercera razón también es entendible, aunque no la compartimos. Pues todos los seres humanos sentimos temor a lo nuevo, a lo desconocido, y nos resulta difícil hacer cambios, por la incertidumbre de si los mismos van a funcionar.
En resumen, aquí no buscamos culpar a nadie, sino simplemente decir lo que la mayoría pensamos y sentimos, pero que muchos no se animan a decir, por temos a ser percibidos como indolentes, haters, o para no influenciar de manera negativa en la psiquis de las jugadoras.
La vida me ha enseñado, que posponer lo inevitable, y ocultar lo inocultable, más que bien, sólo hace que los problemas se vuelvan mas graves.
El tiempo de un cambio es hoy…Mañana podría ser demasiado tarde para revertir el espiral decadente de nuestro voleibol.