Por: Luis A. Caridad Ceballos
Por casi 2 décadas los seguidores de nuestras Reinas del Caribe se manejaron con pocas preocupaciones sobre nuestro equipo, ya que por este período de tiempo contábamos con un grupo de alto nivel que nos representara, y concomitantemente con este grupo, disponíamos de otro grupo de jugadores jóvenes que se vislumbraba como el relevo a las que en su momento se retiraran.
No voy a recapitular todo el historial de nuestro equipo, pero voy a tomar como punto de partida el año 2012, en donde contábamos con jugadoras como Bethania De La Cruz, Prisilla Rivera, Milagros Cabral, Karla Echenique, Cindy Rondón, Sidarka Nuñez, Annerys Vargas, Gina Mambrú, Niverka Marte, Brenda Castillo, Cáandida Arias entre otras en nuestro cuadro regular. Unas ya eran veteranas de la selección, y otras recién entraban a la misma, en busca de sustituir a algunas de las más veteranas del equipo, mientras que al mismo tiempo ya teníamos a nuestra disposición jugadores jóvenes como Brayelin Martínez, Jineiry Martínez, Gaila González, Winnifer Fernández, Larysmer Martínez, Natalia Martínez, Yokaty Pérez, que formaban parte del nuevo grupo de jugadoras que se proyectaban hacia el futuro.
Por más que se quiera negar, la realidad es que ahora mismo no contamos con la cantidad ni la calidad de jugadoras jóvenes, con la misma proyección que este último grupo que mencionamos.
El grupo que ganó el Campeonato Mundial U20 celebrado en Puerto Rico, fue el último gran grupo de talento que logramos desarrollar. Grupo heredado de la Gran escuela Cubana.
No es un secreto para nadie, que bajo la tutela de los técnicos actuales, por múltiples razones, pues no los vamos a culpar a ellos solamente, no hemos logrado desarrollar el suficiente talento, como para que el fanático se sienta cómodo con lo que será el futuro de nuestro voleibol, una vez pase esta generación, a menos que las cosas cambien en el Proyecto.
Ni siquiera un constante optimista como yo, se puede sentir cómodo con lo que vemos de cara al futuro, y creo que algo tiene que cambiar, o muchas cosas tienen que cambiar en el Proyecto, para que no tengamos que vivir en carne propia lo sucedido con el voleibol peruano.